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A todos aquellos que recorren día a día el camino de retorno hacia uno mismo.
El Propósito es encontrar la unidad con el Universo, con el que nunca hemos estado separados.

jueves, 7 de febrero de 2008

SATIPATTHANA SUTTA----EL SUTRA DE LOS FUNDAMENTOS DE LA ATENCIÓN

Así he oído. En una ocasión vivía el Buda entre los kurus, en Kammasadamma, una ciudad de mercado de los kurus. Allí, el Bienaventurado se dirigió así a los monjes: "Monjes", y ellos le contestaron: "Venerable Señor". Y el Bienaventurado habló como sigue:

Monjes, el único camino para la purificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana, es éste: Los Cuatro Fundamentos de la Atención. ¿Cuáles son esos cuatro?

He aquí (en esta enseñanza) un monje que vive practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive practicando la contemplación de las sensaciones en las sensaciones, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive contemplando la consciencia en la consciencia, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive practicando los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo.



LA CONTEMPLACIÓN DEL CUERPO

1. Atención a la respiración

Y ¿cómo vive un monje contemplando el cuerpo en el cuerpo? Monjes, he aquí que un monje va al bosque, al pie de un árbol a un lugar solitario, se sienta con las piernas cruzadas, mantiene su cuerpo erguido y su atención alerta.

Atento aspira y atento espira. Al hacer una aspiración larga, sabe: "Hago una aspiración larga". Al hacer una espiración larga, sabe: "Hago una espiración larga". Al hacer una aspiración corta, sabe: "Hago una aspiración corta". Al hacer una espiración corta, sabe: "Hago una espiración corta". "Consciente de todo el cuerpo (respiración), aspiraré", así se ejercita. "Consciente de todo el cuerpo (respiración), espiraré", así se ejercita. "Calmando la función corporal, aspiraré", así se ejercita. "Calmando la función corporal, espiraré", así se ejercita.

De la misma manera que un tornero experto o su aprendiz sabe, al labrar una voluta grande: "Estoy labrando una voluta grande", o al labrar una voluta corta, sabe: "Estoy labrando una voluta corta", así el monje, al hacer una aspiración larga, sabe: "Hago una aspiración larga". Al hacer una aspiración corta, sabe: "Hago una aspiración corta". "Consciente de todo el cuerpo (respiración), aspiraré", así se ejercita. "Consciente de todo el cuerpo (respiración), espiraré", así se ejercita. Calmando la actividad corporal (respiración)' aspiraré, así se ejercita. Calmando la actividad corporal (respiración), espiraré, así se ejercita.

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando tanto los factores de origen como los de disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive con independencia, sin apegarse a nada en el mundo. Monjes, asi es como un monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.



2. Las posiciones del cuerpo

Asimismo, monjes, cuando un monje camina, sabe: "Estoy caminando"; cuando permanece de pie, sabe: "Estoy de pie"; cuando está sentado sabe: "Estoy sentado"; cuando se tumba sabe: "Estoy tumbado"; y también tiene consciencia de cualquier otra posición del cuerpo.

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores del origen y disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin apegarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje medita practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo.



3. Atención con clara comprensión

Asimismo, monjes, un monje aplica la clara comprensión al avanzar y al retroceder; al mirar hacia adelante y al mirar alrededor, aplica la clara comprensión; al extender y encoger los miembros, aplica la clara comprensión; al vestir la ropa y al llevar el bol de limosnas, aplica la clara comprensión; al comer, al beber, masticar y saborear, aplica la clara comprensión; al andar, permanecer de pie, sentarse, dormirse, al despertar, al hablar y al callar, aplica la clara comprensión.

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...



4. Reflexión sobre la repugnancia del cuerpo

Asimismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, envuelto en la piel y lleno de impurezas, de la planta de los pies hacia arriba y de la coronilla hacia abajo, y piensa así: "Hay en este cuerpo: pelos en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétanos, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasas líquidas, saliva, mocos, fluido sinovial, orina."

Es como tener un saco de provisiones, de aquellos con dos aberturas, lleno de diversas clases de grano, tales como: arroz de montaña, arroz corriente, alubias, guisantes, sésamo, arroz perlado, y un hombre que tiene buenos ojos lo abre, lo examina y dice: "Esto es arroz de montaña, esto arroz corriente, esto son alubias, esto son guisantes, esto es sésamo, esto es arroz perlado." De la misma manera, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo de las plantas de los pies hacia arriba y de la coronilla hacia abajo, envuelto en la piel y lleno de impurezas. "En este cuerpo hay pelo en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétanos, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasas líquidas, saliva, mocos, fluido sinovial, orina.

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...



5. Reflexión sobre los elementos materiales

Asimismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, en cualquier lugar o posición en que se encuentre, pensando en sus elementos materiales: "En este cuerpo hay el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego, el elemento aire".

Como si un carnicero experto o su aprendiz que, tras sacrificar a una vaca y dividirla en partes se ponen a venderlas en el cruce de cuatro carreteras, de la misma manera el monje reflexiona sobre su propio cuerpo en cualquier lugar o posición que se encuentre, pensando en sus elementos primarios: "En este cuerpo hay el elemento tierra, agua, fuego y aire"

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...



6. Las nueve contemplaciones del cementerio


I Asimismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo que lleva un día muerto, o dos días muerto, o tres días muerto, hinchado, amoratado y putrefacto, tirado en el osario, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "Es verdad que este cuerpo mío tiene también la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello."

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores del origen y la disolución del cuerpo. O tiene conciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive independiente, sin apegarse a nada en el mundo. Así es, cómo el monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.


II. Asimismo, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, que está siendo devorado por los cuervos, los gavilanes, los buitres, los perros, los chacales o por distintas clases de gusanos, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "En verdad que también mi
cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello.»


Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...


III. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, y con algo de carne y sangre adherido a él...

IV. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, embadurnado en sangre y sin carne...

V. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto sin carne y sin sangre, unido tan sólo por los tendones...

VI. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario y reducido a huesos sueltos esparcidos en todas las direcciones: aquí los huesos de la mano, allá los de los pies, los huesos de las espinillas, los de los muslos, la pelvis, las vértebras, el cráneo.

VII. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos blanqueados como una concha...

VIII. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos de más de un año, amontonados...

IX. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos podridos, reducido a polvo, entonces aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "En verdad que también mi cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello"

Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores de origen y disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es como un monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.



LA CONTEMPLACION DE LAS SENSACIONES


Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando las sensaciones en las sensaciones?

Monjes, un monje, al experimentar una sensación agradable, sabe: "Experimento una sensación agradable"; cuando experimenta una sensación dolorosa, sabe: "Experimento una sensación dolorosa»; cuando experimenta una sensación ni agradable ni dolorosa, sabe: "Experimento una sensación queno es ni agradable ni dolorosa"; cuando experimenta una sensación mundanal agradable, sabe: "Experimento una sensación mundanal agradable"; cuando experimenta una sensación mundanal dolorosa, sabe: "Experimento una sensación mundanal dolorosa"; cuando experimenta una sensación mundanal que no es dolorosa ni no dolorosa, sabe: "Experimento una sensación mundanal que no es dolorosa ni no dolorosa"; cuando experimenta una sensación espiritual agradable, sabe: "Experimento una sensación espiritual agradable"; cuando experimenta una sensación espiritual dolorosa, sabe: "Experimento una sensación espiritual dolorosa"; cuando experimenta una sensación espiritual que no es dolorosa ni no dolorosa, sabe: "Experimento una sensación espiritual que no es dolorosa ni no dolorosa".

Así vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones internamente, o vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones externamente, o vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones interna y externamente. Vive contemplando Los factores del origen de Las sensaciones, o vive contemplando Los factores de disolución de Las sensaciones, o vive contemplando tanto Los factores del origen como Los de la disolución de Las sensaciones. O tiene consciencia de que "hay sensaciones" en el grado necesario para el conocimiento y la atención y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo un monje vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones.



LA CONTEMPLACIÓN DE LA CONSCIENCIA

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando la consciencia en la consciencia?

Monjes, he aquí que un monje, cuando hay pasión en la consciencia, sabe que hay pasión, y cuando no hay pasión en la consciencia, sabe que no la hay; cuando hay odio en la consciencia, sabe que hay odio, y cuando no hay odio en la consciencia, sabe que no lo hay; cuando hay ignorancia en la consciencia, sabe que hay ignorancia, y cuando no hay ignorancia en la consciencia, sabe que no la hay; cuando la consciencia está disminuida, sabe que está disminuida; cuando la consciencia está distraída, sabe que está distraída; cuando la consciencia está desarrollada, sabe que está desarrollada; cuando la consciencia está en un estado con otro estado superior a alla, sabe que hay un estado mentalmente superior; cuando no hay un estado mental superior, sabe que no hay un estado mental superior"; cuando la consciencia está concentrada, sabe que está concentrada, y cuando la consciencia no está concentrada, sabe que no lo está; cuando la consciencia está liberada, sabe que está liberada, y cuando no está liberada, sabe que no lo está.

Así vive contemplando la consciencia en la consciencia internamente, o vive contemplandola consciencia en la consciencia externamente, o vive contemplando la consciencia en la consciencia interna y externamente. Vive contemplando Los factores del origen de la consciencia, o vive contemplando Los factores de disolución de la consciencia, o vive contemplando tanto Los factores del origen como Los de la disolución de la consciencia, o sabe que "hay consciencia" en el grade necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando la consciencia en la consciencia.



LA CONTEMPLACIÓN DE LOS OBJETOS MENTALES

1. Los cinco obstáculos

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales?

He aquí que un monje vive contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales constituidos par Los cinco obstáculos.

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales constituidos par Los cinco obstáculos?

He aquí, monjes, que cuando el apetito sensual está presente en él, el monje sabe: "Hay apetito sensual en mí"; cuando el apetito sensual está ausente, sabe: "No hay apetito sensual en mí." Sabe cómo surge el apetito sensual y sabe cómo no vuelve a surgir en el futuro el apetito sensual que se ha rechazado.

Cuando la ira está presente, el monje sabe: "Hay ira en mí", y cuando la ira está ausente, sabe: "No hay ira en mí." Sabe cómo surge la ira que no existía previamente; sabe cómo se rechaza la ira que ha surgido, y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el future la ira rechazada.

Cuando la pereza y el sopor están presentes en él, el monje sabe: "Hay pereza y sopor en mí"; cuando la pereza y el sopor están ausentes, sabe: "No hay pereza ni sopor en mí." Sabe cómo surgen la pereza y el sopor que no existían previamente, sabe cómo se rechazan la pereza y el sopor surgidos, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro la pereza y el sopor rechazados.

Cuando el desasosiego y la ansiedad están presentes en él, sabe: "Hay desasosiego y ansiedad en mí"; cuando el desasosiego y la ansiedad están ausentes, sabe: "No hay desasosiego ni ansiedad en mí." Sabe cómo surgen el desasosiego y la ansiedad que no existían previamente, sabe cómo se rechazan el desasosiego y la ansiedad surgidos, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro el desasosiego y la ansiedad rechazados.

Cuando la duda está presente en él, el monje sabe: "Hay duda en mí"; cuando la duda está ausente, sabe: "No hay duda en mí." Sabe cómo surge la duda que ya no existía previamente, sabe cómo se rechaza la duda surgida, y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la duda rechazada.

Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Así es, monjes, cómo el monje vive practicando la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco obstáculos.

2. Los cinco agregados del apego

Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por los cinco agregados del apego

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco agregados del apego?

Monjes, he aquí que un monje piensa: "Así es la forma material, así surge la forma material, así desaparece la forma material; así es la sensación, así surge la sensación, así desaparece la sensación; así es la perceprión, así surge la percepción, así desaparece la percepción; así son las formaciones mentales, así surgen las formaciones mentales, así desaparecen las formaciones mentales; así es la conseiencia, así surge la consciencia, así desaparece la consciencia."

Así vive el monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco agregados del apego.

3. Las seis esferas internas y las seis externas de los sentidos


Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos.

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales formados por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos?

Monjes, he aquí que un monje conoce el ojo y las formas risuales y la atadura que surge dependiendo de ambos (del ojo y de las formas), sabe cómo surge la atadura que no existía previamente, sabe cómo se rechaza la atadura surgida y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la atadura rechazada.

Conoce el oído y los sonidos..., la nariz y los olores..., la lengua y los sabores..., el cuerpo y los objeto táctiles..., la mente y los objetos mentales, y conoce las ataduras que dependen de ellos; sabe cómo surgen las ataduras que existían previamente, sabe cómo se rechazan las ataduras surgidas, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro las ataduras rechazadas.

Monjes, así vive el monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que "hay objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapogado, sin aferrarse nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales formados por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos.


4. Los siete factores de la iluminación

Monjes, asimismo, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los siete factores de la iluminación.

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales constituidos por los siete factores de iluminación?

Monjes, he aquí que cuando la atención que es un factor de iluminación está presente en él, el monje sabe: "Hay en mí la atención que es factor de iluminación"; cuando la atención que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la atención que es factor de iluminación", y sabe cómo surge la atención que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la atención surgida que es factor de iluminación.

Cuando la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación está presente, el monje sabe: "Hay en mí la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación"; cuando la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación", sabe cómo surge la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación que no está previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación.

Cuando la energía que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la energía que es factor de iluminación"; cuando la energía que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la energía que es factor de iluminación", sabe cómo surge la energía que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la energía que es factor de iluminación.

Cuando la alegría que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la alegría que es factor de iluminación"; cuando la alegría que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la alegría que es factor de iluminación", sabe cómo surge la alegría que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la alegría que es factor de iluminación.

Cuando la calma que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la calma que es factor de iluminación"; cuando la calma que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la calma que es factor de iluminación", sabe cómo surge la calma que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la calma que es factor de iluminación.

Cuando la concentración que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la concentración que es factor de iluminación"; cuando la concentración que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la concentración que es factor de iluminación", sabe cómo surge la concentración que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la concentración que es factor de iluminación.

Cuando la ecuanimidad que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la ecuanimidad que es factor de iluminación." Cuando la ecuanimidad que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la ecuanimidad que es factor de iluminación", sabe cómo surge la ecuanimidad que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la ecuanimidad que es factor de iluminación.

Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los siete factores de iluminación.


5. Las Cuatro Nobles Verdades


Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.

Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades?

Monjes, he aquí que un monje sabe: "Esto es sufrimiento" según la realidad; "Éste es origen del sufrimiento", sabe según la realidad; "Ésta es la cesación del sufrimiento", sabe según la realidad; "Éste es el sendero que conduce a la cesación del sufrimiento", sabe según la realidad.

Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando los factores del origen y los factores de la disolución de los objetos mentales". 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferramiento a nada en el mundo. Monjes, así vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.

En verdad, monjes, que aquel que practique estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete años puede esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Monjes, ni siquiera siete años. Si una persona practicara los Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante seis años... cinco años... cuatro años... tres años... durante un año, entonces podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Monjes, ni siquiera un año. Si una persona practicara estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete meses... seis meses... cinco meses... cuatro meses... tres meses... dos meses... un mes... durante medio mes, podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Monjes, ni siquiera medio mes. Si una persona practicara estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante una semana, podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Por esto se ha dicho: "Monjes, éste es el único camino para la parificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana; los Cuatro Fundamentos de la Atención."

Así habló el Bienaventurado. Los monjes acogieron con satisfacción sus palabras.

sábado, 2 de febrero de 2008

MEDITACION---DHYANA


Introducción

Cuando uno escucha la palabra meditación la asocia generalmente a una persona sentada, con los ojos cerrados, quieta y sin moverse, y ciertamente esta imagen no es del todo errada con respecto al concepto que nos va a permitir interiorizarnos en este tema. Esta imagen de quietud e inacción tiene que ver en parte con el concepto de meditar. Retengamos por un momento el concepto de quietud. Esta quietud tiene que ver específicamente con la mente, y cuando nos referimos a la inacción no nos referimos a la quietud del cuerpo sino a la quietud de la mente. Una persona puede estar perfectamente quieta y sin embargo su mente encontrarse en un estado de hiperactividad o estado rajásico. Su cuerpo puede estar quieto, pero su mente se encuentra saltando de un pensamiento a otro, de una emoción a otra. Y lo contrario también es cierto, una persona puede estar con su cuerpo en movimiento pero su mente perfectamente quieta.

Como dice el Bhagavad Guita: "El que ve inacción en la acción y acción en la inacción es el sabio entre los hombres. Es un Yogui y realiza todas las acciones" Cap. IV, 18.

Desde el punto de vista de la filosofía yóguica el ser humano se encuentra en un estado de ignorancia o avidya que lo lleva a identificarse con el cuerpo y con la mente, y lo lleva a ignorar su propia naturaleza esencial. Esta naturaleza esencial se encuentra más allá de la materia, pero también más allá de la mente y de sus manifestaciónes. La tradición yóguica dice que detrás de este velo mental y corporal se encuentra el Ser, el Atman, el estado de pura conciencia, cuya naturaleza es de una dicha (ananda) y una paz perdurable, lo cual trae ecuanimidad y un estado de paz interior. Este es el significado de las palabras sánscritas Sat Chit Ananda o Conocimiento Sabiduría y Dicha.
Es por ello que el propósito de la meditación es el de trascender estos velos, trascender las identificaciones con el cuerpo, con los sentidos y con la mente. Y esto no solo es el propósito de la meditación, sino también de todo el Yoga en sus diferentes manifestaciones.
El fin de la meditación es alcanzar este estado de paz profunda en donde se experimenta una dicha y una alegría sin motivo, como la naturaleza esencial del ser humano. En este estado el sujeto y el objeto desaparecen, quedando solo la pura conciencia. Es como una taza sumergida en el océano, llena por dentro y por fuera. Es un punto de conciencia en el universo, con una enorme energía latiendo, la energía de la vida misma, sin motivo, la vida por sí misma. Es una semilla de vida y conciencia replegada en sí misma.
Según las enseñanzas del Yoga esto solo se puede alcanzar de una sola forma: deteniendo los movimientos de la mente. Solo cuando la mente detiene sus movimientos incesantes, se alcanza este estado de paz profunda y felicidad perdurable y sin objeto.
En un primer acercamiento a esta rotunda e impactante afirmación la mente del occidental se revuelve quedando en un estado de perplejidad absoluto. En este punto el pragmatismo y racionalismo occidental se enfrenta profundamente a las concepciones orientales, concepciones que por lo demás poseen un acervo de miles de años de antigüedad.
Entonces tenemos que la meditación es un estado de conciencia donde se trasciende la identificación con el cuerpo y con la mente. Es por ello que se le llama estado trascendental. La mente detiene sus incesantes movimientos, se aquieta completamente. El meditador experimenta un estado de paz profunda y de alegría inmensa, lleno de energía latente, la energía de la vida misma latiendo desde lo profundo del Ser.

La naturaleza de la mente

Los Maestros del Yoga desde la antigüedad gustan comparar a la mente con un mono inquieto que se la pasa saltando de rama en rama todo el tiempo en movimiento incesante.
También comparan a la mente con la superficie de un lago agitado por las olas que produce el viento. Las olas son los pensamientos que van y vienen sin cesar, que se encadenan unos a otros infinitamente. Las ondas del pensamiento son como olas en la mente que agitan su superficie de manera incansable.
Es imposible ver el fondo del lago cuando las olas agitan su superficie por acción del viento. Desde la filosofía yóguica en el fondo del lago, o sea por debajo de la mente, se encuentra la esencia del ser humano. Pero es imposible percibirla mientras su superficie está agitada por el ir y venir de los pensamientos, así como es imposible percibir el fondo del lago cuando sus olas se agitan.
De la misma forma que cuando el viento cesa de soplar, las olas de la superficie del lago se calman y se puede ver el fondo, cuando los pensamientos se callan se percibe la esencia del Ser. Cuando el lago se aquieta su superficie se vuelve prístina y cristalina y devela su secreto, su fondo. Así también cuando la mente se aquieta devela la paz más profunda posible de experimentar.
Desde el Hatha Yoga podemos decir que el viento que agita la superficie del lago es el prana que se mueve incesante el que agita la superficie de la mente, produciendo los incesantes pensamientos. Es por ello que cuando practicamos asanas o posturas y pranayama o respiración, lo que hacemos es indirectamente controlar el prana o las energías sutiles del cuerpo para que deje de agitar la mente y el pensamiento llegue a su fin, por medios absolutamente inocuos y sin ningún esfuerzo.

La meditación para cambiar el mundo

"Lo esencial es ver que uno está confundido, que toda acción, toda actividad que provenga de esa confusión también debe ser confusa. Lo esencial pues, es ver que uno está confundido y no tratar de escapar a ello, no tratar de encontrar explicaciones para ello, estar alerta pasivamente y sin optar."
Jiddu Krishnamurti

La sociedad en su conjunto es una unidad compleja que posee su propio dinamismo, pero no es posible pensar la sociedad sin sus integrantes, y su dinamismo depende en parte de la actividad conjunta de sus miembros.
Su funcionamiento global refleja en parte su estructura y define la situación de sus miembros. Es un todo donde un cambio en la estructura impacta sobre sus elementos, pero también un cambio en sus elementos impacta en la estructura.
Es por ello que el cambio ha de venir primero desde adentro. Pensar que debe venir desde afuera es poner la responsabilidad en una abstracción imposible, ya que en definitiva no existe sociedad sin sus elementos.
Una persona que por medio de la meditación adquiere paz en su vida, ya no sale a buscar desenfrenada objetos de goce, que por lo demás demuestran ser siempre perecederos y causar dolor por su pérdida. Esa persona encuentra en su interior la paz que necesita, y su mente se serena creando a su alrededor un clima de paz y de armonía. Comienza a respetar la vida en todas sus formas, porque ha entrado en contacto con la energía latente de la vida en su interior. Una persona que medita se vuelve pacífica, o sáttvica y no necesita enredarse en los juegos neuróticos del dolor hacia sí y hacia otros. Obtiene un contentamiento que le permite vivir de forma sencilla, no necesitando enredarse en la incansable tarea de adquirir más a costa de los que menos tienen.
Esto se refleja en que produce un entorno más equilibrado y armonioso, ya que emana de sí mismo la alegría de la paz que experimenta la mente cuando se serena completamente.
Esto no es una utopía ideal, sino que se encuentra al alcance de todos, basta con plantearse sinceramente que se espera de esta corta vida de unos 60 o 70 años. Basta contemplar la falta de armonía y amor que hay en todo el mundo, y preguntarse por su razón de ser. Basta con un poco de práctica regular de los principios del Yoga que son claros y precisos.

El proceso y los efectos de la meditación

"La comprensión llega cuando uno está quieto, cuando la mente está en silencio. Y si usted ve la necesidad de que la mente esté en silencio, entonces la comprensión es inmediata."
Jiddu Krishnamurti

Dijimos que lo esencial en la meditación es aquietar la mente. Esto se puede lograr por medios diferentes. En Hatha Yoga por medio de las posturas y el control consciente de la respiración manejamos indirectamente los sutiles hilos de la mente, y ésta se vuelve mansa, se aquieta de forma natural y gradual. La mente fascinada por las sensaciones del universo corporal disminuye sus actividades a un mínimo, economizando la energía nerviosa del organismo. Por otro lado el profundo efecto de las posturas y de la respiración sobre el sistema nervioso aquieta la mente de forma extraordinaria y produce una sensación de paz profunda y de armonía interior. La dualidad mente-cuerpo generada en parte por la alienación del pensamiento se diluye, alcanzándose cierto estado de unidad (Yoga).
Este es un proceso gradual, hay matices, y solo la práctica regular a lo largo de años genera un estrato de paz perdurable en la mente. Pero desde el comienzo mismo de la práctica uno puede percibir los efectos. Desde el comienzo mismo uno comienza a ser conciente del incesante movimiento del pensar y de la profunda alienación que este incansable movimiento genera.
Está demostrado que la práctica de la relajación y la meditación ( pues están profundamente relacionadas) es saludable para el cuerpo y para la mente. Muchas terapias psicológicas se basan en la relajación del cuerpo y de la mente (meditación) para lograr sus logros terapéuticos sobre el paciente. La meditación actúa profundamente sobre el sistema nervioso parasimpático disminuyendo el estrés y la tensión nerviosa. El efecto del sistema nervioso parasimpático sobre los órganos del cuerpo les devuelve su armonía, relajando el corazón y la presión arterial por medio de la vasodilatación. Las endorfinas que se liberan en el cerebro producen un estado de alegría y paz profundo. Los tejidos y las células se regeneran. La neurosis disminuye.
La practica de la meditación se encuentra al alcance de todo el mundo, y es de gran ayuda para tratar cualquier tipo de enfermedades.


La meditación y su práctica

La práctica avanzada y profunda de las posturas del Hatha Yoga es de por sí una forma de meditación. Aquí nos referimos a lo "avanzado y profundo" no en el sentido de hacer más o menos todas las posturas o de tener una flexibilidad mas o menos buena, ni de tener una postura física más o menos perfecta, sino que nos referimos al estado que alcanza la mente en cada postura, al estado de profundización mental en cada postura. Un asana o postura sin un estado "meditativo", concentrado y relajado de la mente no es más que un simple ejercicio físico, muy beneficioso por lo demás para todo el sistema fisico, nervioso y energético. De nada sirve hacer más o menos "acrobacias" con el cuerpo si la mente no se encuentra centrada y relajada. Y este es el índice fundamental que nos permite separar "la paja del trigo" de lo que es la verdadera y tradicional enseñanza del Yoga. Particularmente en occidente se ha desvirtuado la esencia misma del Yoga tendiendo a ser una práctica gimnástica ,un tanto especial por cierto, con fines puramente estéticos o terapéuticos y poniendo el énfasis en la perfección de lo corporal en desmedro de la correcta actitud interior. Y esta es una de las más grandes diferencias que tiene el Yoga y que la distancia profundamente con respecto a las gimnasias y terapias occidentales.
Para poder progresar en la meditación se requiere que el cuerpo se vuelva saludable, tanto desde el aspecto funcional como desde el aspecto energético, y esto se logra por medio de la práctica de asanas o posturas, de pranayama o respiración y de una alimentación sáttvica o pura basada en el vegetarianismo que propicie el equilibrio de la mente y le de la suficiente estabilidad para proceder a la exploración interior y que energéticamente propicie la libre circulación del prana o energía vital.

Práctica de la meditación en la postura de sentado

Expondremos aquí una técnica básica enseñada por Swami Vishnu Devananda. Son enseñanzas sencillas y prácticas para lograr el estado de meditación y de paz profunda.
Para la práctica de la meditación se le puede dedicar un tiempo exclusivo en donde el cuerpo y la mente se encuentren en perfecta quietud.
Se debe en lo posible dedicar siempre el mismo lugar físico a esta práctica puesto que favorece a crear un hábito positivo en la mente.
El factor fundamental y clave del éxito es la regularidad en la práctica y la progresión suave.
El momento más favorable para su práctica es por la mañana temprano, donde la mente se halla más serena y el cuerpo relajado. Por otro lado la ciudad todavía se encuentra en calma favoreciendo un clima de armonía.
Nos centraremos ahora en la práctica de la meditación en un asana o postura en particular: la postura de sentado. Esto es una postura que tiene que resultar cómoda durante suficiente tiempo, ya que se la debe mantener en completa inmovilidad y se debe permanecer completamente firme y relajado en ella. Esto es sentado sobre los isquiones con las piernas cruzadas, la espalda bien derecha en línea con el cuello y la cabeza y los hombros relajados. Las manos descansan sobre las rodillas o sobre el regazo. La práctica regular de asanas o posturas Yoga permiten que uno pueda permanecer sentado en perfecta quietud y relajación por el término de horas.
Los ojos permanecen cerrados durante toda la práctica.
Se comienza con concientizar la respiración haciendo unas respiraciones profundas, lentas y conscientes. Luego se hace la respiración natural pero regular y rítmica.
Se elige un punto de concentración mental que puede ser entre las dos cejas (ajña chakra) o en el centro del pecho (anahata chakra) y se posa la toda la atención mental en dicho punto, con la respiración rítmica y lenta. El cuerpo debe permanecer totalmente inmóvil. Al principio resulta dificil centrar la mente en el punto elegido, puesto que tiende a distraerse en vagos pensamientos, pero no hay que desesperar y con paciencia y suavidad, cuando uno es consciente de la dispersión de la mente, se la vuelve a posar en el punto elegido. Así haciendo este trabajo una y otra vez durante todo el tiempo de la práctica, que al principio puede ser de 10 o 20 minutos. Hay que tener paciencia, perseverancia y regularidad.
Progresivamente la mente se va acostumbrando a este ejercicio, y se va serenando en el punto de concentración elegido, quedando fascinada como una serpiente que queda fascinada por el sonido de una dulce flauta. Y se va sintiendo un estado de dicha y de paz que brota desde el interior.
Este trabajo se puede acompañar según la necesidad de cada uno, con la repetición mental y lenta de un mantra o un sonido que puede ser el Om. Así cada vez que se inhala de forma lenta se repite mentalmente Om y cada vez que se exhala de forma lenta se repite mentalmente Om. Dejo que el sonido del Om vibre en la mente de forma lenta y regular. Esto puede ser de gran ayuda para reemplazar las ondas desordenadas de la mente por una onda regular y pacífica.
El punto culminante de la experiencia de la meditación según el Yoga se conoce como Samadhi en donde el perceptor y lo percibido se funden, el experimentador y lo experimentado se vuelven una misma cosa y se trasciende las dualidades, alcanzando el estado de Yoga o unión interior. El Meditador adquiere una paz y dicha interior indescriptible y conoce de primera mano su esencia última. Esto lleva tiempo de práctica regular y perseverante, no existen métodos milagrosos ni instantáneos, solo la práctica y el trabajo gradual y perseverante llevan el barco a buen puerto.
Invitamos a todo el mundo a que haga la prueba y experimente por sí mismo los beneficios que se derivan de esta práctica tanto para la persona que la realiza como para su entorno y para la sociedad en general, generando un cambio desde el interior. Cualquier persona sana, o enferma puede obtener beneficios psico físicos de la práctica de la meditación. Por medio de ella se puede ayudar a eliminar adicciones, ansiedades y miedos.
Es posible generar un cambio positivo en la propia vida y volverse saludable por medio de la práctica de la meditación. Nadie se arrepentirá de hacer la prueba, no hay duda de ello.

Om Shanti !
Om Paz !