Introducción
Cuando uno escucha la palabra meditación la asocia generalmente a una persona sentada, con los ojos cerrados, quieta y sin moverse, y ciertamente esta imagen no es del todo errada con respecto al concepto que nos va a permitir interiorizarnos en este tema. Esta imagen de quietud e inacción tiene que ver en parte con el concepto de meditar. Retengamos por un momento el concepto de quietud. Esta quietud tiene que ver específicamente con la mente, y cuando nos referimos a la inacción no nos referimos a la quietud del cuerpo sino a la quietud de la mente. Una persona puede estar perfectamente quieta y sin embargo su mente encontrarse en un estado de hiperactividad o estado rajásico. Su cuerpo puede estar quieto, pero su mente se encuentra saltando de un pensamiento a otro, de una emoción a otra. Y lo contrario también es cierto, una persona puede estar con su cuerpo en movimiento pero su mente perfectamente quieta.
Como dice el Bhagavad Guita: "El que ve inacción en la acción y acción en la inacción es el sabio entre los hombres. Es un Yogui y realiza todas las acciones" Cap. IV, 18.
Desde el punto de vista de la filosofía yóguica el ser humano se encuentra en un estado de ignorancia o avidya que lo lleva a identificarse con el cuerpo y con la mente, y lo lleva a ignorar su propia naturaleza esencial. Esta naturaleza esencial se encuentra más allá de la materia, pero también más allá de la mente y de sus manifestaciónes. La tradición yóguica dice que detrás de este velo mental y corporal se encuentra el Ser, el Atman, el estado de pura conciencia, cuya naturaleza es de una dicha (ananda) y una paz perdurable, lo cual trae ecuanimidad y un estado de paz interior. Este es el significado de las palabras sánscritas Sat Chit Ananda o Conocimiento Sabiduría y Dicha.
Es por ello que el propósito de la meditación es el de trascender estos velos, trascender las identificaciones con el cuerpo, con los sentidos y con la mente. Y esto no solo es el propósito de la meditación, sino también de todo el Yoga en sus diferentes manifestaciones.
El fin de la meditación es alcanzar este estado de paz profunda en donde se experimenta una dicha y una alegría sin motivo, como la naturaleza esencial del ser humano. En este estado el sujeto y el objeto desaparecen, quedando solo la pura conciencia. Es como una taza sumergida en el océano, llena por dentro y por fuera. Es un punto de conciencia en el universo, con una enorme energía latiendo, la energía de la vida misma, sin motivo, la vida por sí misma. Es una semilla de vida y conciencia replegada en sí misma.
Según las enseñanzas del Yoga esto solo se puede alcanzar de una sola forma: deteniendo los movimientos de la mente. Solo cuando la mente detiene sus movimientos incesantes, se alcanza este estado de paz profunda y felicidad perdurable y sin objeto.
En un primer acercamiento a esta rotunda e impactante afirmación la mente del occidental se revuelve quedando en un estado de perplejidad absoluto. En este punto el pragmatismo y racionalismo occidental se enfrenta profundamente a las concepciones orientales, concepciones que por lo demás poseen un acervo de miles de años de antigüedad.
Entonces tenemos que la meditación es un estado de conciencia donde se trasciende la identificación con el cuerpo y con la mente. Es por ello que se le llama estado trascendental. La mente detiene sus incesantes movimientos, se aquieta completamente. El meditador experimenta un estado de paz profunda y de alegría inmensa, lleno de energía latente, la energía de la vida misma latiendo desde lo profundo del Ser.
Los Maestros del Yoga desde la antigüedad gustan comparar a la mente con un mono inquieto que se la pasa saltando de rama en rama todo el tiempo en movimiento incesante.
También comparan a la mente con la superficie de un lago agitado por las olas que produce el viento. Las olas son los pensamientos que van y vienen sin cesar, que se encadenan unos a otros infinitamente. Las ondas del pensamiento son como olas en la mente que agitan su superficie de manera incansable.
Es imposible ver el fondo del lago cuando las olas agitan su superficie por acción del viento. Desde la filosofía yóguica en el fondo del lago, o sea por debajo de la mente, se encuentra la esencia del ser humano. Pero es imposible percibirla mientras su superficie está agitada por el ir y venir de los pensamientos, así como es imposible percibir el fondo del lago cuando sus olas se agitan.
De la misma forma que cuando el viento cesa de soplar, las olas de la superficie del lago se calman y se puede ver el fondo, cuando los pensamientos se callan se percibe la esencia del Ser. Cuando el lago se aquieta su superficie se vuelve prístina y cristalina y devela su secreto, su fondo. Así también cuando la mente se aquieta devela la paz más profunda posible de experimentar.
Desde el Hatha Yoga podemos decir que el viento que agita la superficie del lago es el prana que se mueve incesante el que agita la superficie de la mente, produciendo los incesantes pensamientos. Es por ello que cuando practicamos asanas o posturas y pranayama o respiración, lo que hacemos es indirectamente controlar el prana o las energías sutiles del cuerpo para que deje de agitar la mente y el pensamiento llegue a su fin, por medios absolutamente inocuos y sin ningún esfuerzo.
La meditación para cambiar el mundo
"Lo esencial es ver que uno está confundido, que toda acción, toda actividad que provenga de esa confusión también debe ser confusa. Lo esencial pues, es ver que uno está confundido y no tratar de escapar a ello, no tratar de encontrar explicaciones para ello, estar alerta pasivamente y sin optar."
Jiddu Krishnamurti
La sociedad en su conjunto es una unidad compleja que posee su propio dinamismo, pero no es posible pensar la sociedad sin sus integrantes, y su dinamismo depende en parte de la actividad conjunta de sus miembros.
Su funcionamiento global refleja en parte su estructura y define la situación de sus miembros. Es un todo donde un cambio en la estructura impacta sobre sus elementos, pero también un cambio en sus elementos impacta en la estructura.
Es por ello que el cambio ha de venir primero desde adentro. Pensar que debe venir desde afuera es poner la responsabilidad en una abstracción imposible, ya que en definitiva no existe sociedad sin sus elementos.
Una persona que por medio de la meditación adquiere paz en su vida, ya no sale a buscar desenfrenada objetos de goce, que por lo demás demuestran ser siempre perecederos y causar dolor por su pérdida. Esa persona encuentra en su interior la paz que necesita, y su mente se serena creando a su alrededor un clima de paz y de armonía. Comienza a respetar la vida en todas sus formas, porque ha entrado en contacto con la energía latente de la vida en su interior. Una persona que medita se vuelve pacífica, o sáttvica y no necesita enredarse en los juegos neuróticos del dolor hacia sí y hacia otros. Obtiene un contentamiento que le permite vivir de forma sencilla, no necesitando enredarse en la incansable tarea de adquirir más a costa de los que menos tienen.
Esto se refleja en que produce un entorno más equilibrado y armonioso, ya que emana de sí mismo la alegría de la paz que experimenta la mente cuando se serena completamente.
Esto no es una utopía ideal, sino que se encuentra al alcance de todos, basta con plantearse sinceramente que se espera de esta corta vida de unos 60 o 70 años. Basta contemplar la falta de armonía y amor que hay en todo el mundo, y preguntarse por su razón de ser. Basta con un poco de práctica regular de los principios del Yoga que son claros y precisos.
El proceso y los efectos de la meditación
"La comprensión llega cuando uno está quieto, cuando la mente está en silencio. Y si usted ve la necesidad de que la mente esté en silencio, entonces la comprensión es inmediata."
Jiddu Krishnamurti
Este es un proceso gradual, hay matices, y solo la práctica regular a lo largo de años genera un estrato de paz perdurable en la mente. Pero desde el comienzo mismo de la práctica uno puede percibir los efectos. Desde el comienzo mismo uno comienza a ser conciente del incesante movimiento del pensar y de la profunda alienación que este incansable movimiento genera.
Está demostrado que la práctica de la relajación y la meditación ( pues están profundamente relacionadas) es saludable para el cuerpo y para la mente. Muchas terapias psicológicas se basan en la relajación del cuerpo y de la mente (meditación) para lograr sus logros terapéuticos sobre el paciente. La meditación actúa profundamente sobre el sistema nervioso parasimpático disminuyendo el estrés y la tensión nerviosa. El efecto del sistema nervioso parasimpático sobre los órganos del cuerpo les devuelve su armonía, relajando el corazón y la presión arterial por medio de la vasodilatación. Las endorfinas que se liberan en el cerebro producen un estado de alegría y paz profundo. Los tejidos y las células se regeneran. La neurosis disminuye.
La practica de la meditación se encuentra al alcance de todo el mundo, y es de gran ayuda para tratar cualquier tipo de enfermedades.
La meditación y su práctica
La práctica avanzada y profunda de las posturas del Hatha Yoga es de por sí una forma de meditación. Aquí nos referimos a lo "avanzado y profundo" no en el sentido de hacer más o menos todas las posturas o de tener una flexibilidad mas o menos buena, ni de tener una postura física más o menos perfecta, sino que nos referimos al estado que alcanza la mente en cada postura, al estado de profundización mental en cada postura. Un asana o postura sin un estado "meditativo", concentrado y relajado de la mente no es más que un simple ejercicio físico, muy beneficioso por lo demás para todo el sistema fisico, nervioso y energético. De nada sirve hacer más o menos "acrobacias" con el cuerpo si la mente no se encuentra centrada y relajada. Y este es el índice fundamental que nos permite separar "la paja del trigo" de lo que es la verdadera y tradicional enseñanza del Yoga. Particularmente en occidente se ha desvirtuado la esencia misma del Yoga tendiendo a ser una práctica gimnástica ,un tanto especial por cierto, con fines puramente estéticos o terapéuticos y poniendo el énfasis en la perfección de lo corporal en desmedro de la correcta actitud interior. Y esta es una de las más grandes diferencias que tiene el Yoga y que la distancia profundamente con respecto a las gimnasias y terapias occidentales.
Para poder progresar en la meditación se requiere que el cuerpo se vuelva saludable, tanto desde el aspecto funcional como desde el aspecto energético, y esto se logra por medio de la práctica de asanas o posturas, de pranayama o respiración y de una alimentación sáttvica o pura basada en el vegetarianismo que propicie el equilibrio de la mente y le de la suficiente estabilidad para proceder a la exploración interior y que energéticamente propicie la libre circulación del prana o energía vital.
Expondremos aquí una técnica básica enseñada por Swami Vishnu Devananda. Son enseñanzas sencillas y prácticas para lograr el estado de meditación y de paz profunda.
Para la práctica de la meditación se le puede dedicar un tiempo exclusivo en donde el cuerpo y la mente se encuentren en perfecta quietud.
Se debe en lo posible dedicar siempre el mismo lugar físico a esta práctica puesto que favorece a crear un hábito positivo en la mente.
El factor fundamental y clave del éxito es la regularidad en la práctica y la progresión suave.
El momento más favorable para su práctica es por la mañana temprano, donde la mente se halla más serena y el cuerpo relajado. Por otro lado la ciudad todavía se encuentra en calma favoreciendo un clima de armonía.
Nos centraremos ahora en la práctica de la meditación en un asana o postura en particular: la postura de sentado. Esto es una postura que tiene que resultar cómoda durante suficiente tiempo, ya que se la debe mantener en completa inmovilidad y se debe permanecer completamente firme y relajado en ella. Esto es sentado sobre los isquiones con las piernas cruzadas, la espalda bien derecha en línea con el cuello y la cabeza y los hombros relajados. Las manos descansan sobre las rodillas o sobre el regazo. La práctica regular de asanas o posturas Yoga permiten que uno pueda permanecer sentado en perfecta quietud y relajación por el término de horas.
Los ojos permanecen cerrados durante toda la práctica.
Se comienza con concientizar la respiración haciendo unas respiraciones profundas, lentas y conscientes. Luego se hace la respiración natural pero regular y rítmica.
Se elige un punto de concentración mental que puede ser entre las dos cejas (ajña chakra) o en el centro del pecho (anahata chakra) y se posa la toda la atención mental en dicho punto, con la respiración rítmica y lenta. El cuerpo debe permanecer totalmente inmóvil. Al principio resulta dificil centrar la mente en el punto elegido, puesto que tiende a distraerse en vagos pensamientos, pero no hay que desesperar y con paciencia y suavidad, cuando uno es consciente de la dispersión de la mente, se la vuelve a posar en el punto elegido. Así haciendo este trabajo una y otra vez durante todo el tiempo de la práctica, que al principio puede ser de 10 o 20 minutos. Hay que tener paciencia, perseverancia y regularidad.
Progresivamente la mente se va acostumbrando a este ejercicio, y se va serenando en el punto de concentración elegido, quedando fascinada como una serpiente que queda fascinada por el sonido de una dulce flauta. Y se va sintiendo un estado de dicha y de paz que brota desde el interior.
Este trabajo se puede acompañar según la necesidad de cada uno, con la repetición mental y lenta de un mantra o un sonido que puede ser el Om. Así cada vez que se inhala de forma lenta se repite mentalmente Om y cada vez que se exhala de forma lenta se repite mentalmente Om. Dejo que el sonido del Om vibre en la mente de forma lenta y regular. Esto puede ser de gran ayuda para reemplazar las ondas desordenadas de la mente por una onda regular y pacífica.
El punto culminante de la experiencia de la meditación según el Yoga se conoce como Samadhi en donde el perceptor y lo percibido se funden, el experimentador y lo experimentado se vuelven una misma cosa y se trasciende las dualidades, alcanzando el estado de Yoga o unión interior. El Meditador adquiere una paz y dicha interior indescriptible y conoce de primera mano su esencia última. Esto lleva tiempo de práctica regular y perseverante, no existen métodos milagrosos ni instantáneos, solo la práctica y el trabajo gradual y perseverante llevan el barco a buen puerto.
Invitamos a todo el mundo a que haga la prueba y experimente por sí mismo los beneficios que se derivan de esta práctica tanto para la persona que la realiza como para su entorno y para la sociedad en general, generando un cambio desde el interior. Cualquier persona sana, o enferma puede obtener beneficios psico físicos de la práctica de la meditación. Por medio de ella se puede ayudar a eliminar adicciones, ansiedades y miedos.
Es posible generar un cambio positivo en la propia vida y volverse saludable por medio de la práctica de la meditación. Nadie se arrepentirá de hacer la prueba, no hay duda de ello.
Om Shanti !
Om Paz !
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